martes, 18 de septiembre de 2007

UNA MUESTRA DE AMOR


UNA MUESTRA DE AMOR

Pastor: Ricardo Osorio G.
Fondo Biblico: Lucas 15:1,24

INTRODUCCION

Lucas 15 es uno de los capítulos más bellos de toda la Biblia. Algunos se han referido a él como “el evangelio dentro del evangelio”. Allí se presenta un cuadro glorioso del Padre celestial y su amor por la humanidad perdida. Se observa aquí la actitud amorosa del Padre que busca atraer a los que vagan en el error.En este capítulo encontramos tres de las parábolas más conocidas: la oveja perdida, la moneda perdida y el hijo pródigo. Estas forman una trilogía sobre el carácter de nuestro Dios. La parábola de la oveja perdida nos habla del amor de Dios por los que andan perdidos en sus propios extravíos y por su propia imprudencia. La moneda perdida describe el amor de Dios por” los que andan errantes porque nunca han hallado el camino. La parábola del hijo pródigo, por otra parte, ilustra el amor de Dios por los que voluntaria mente han dado las espaldas al Padre celestial.Los pasajes de Lucas 7:36-50, donde se habla de la mujer que vino a Jesús, y Juan 8:111, donde se describe a la mujer adúltera, son compañeros de este capítulo 15 de Lucas. En estos tres capítulos sale a luz el conflicto entre los fariseos y Cristo. Pero también en ellos sobresale el amor de Dios en contraste con el legalismo estricto de los fariseos.Exposición Bíblica.1. La búsqueda del perdido Lucas 15:10.A. El Pastor divino ama a los perdidos.iQué actitudes tan nobles las que se atribuyen en este capítulo a nuestro Dios! El ama, busca, cree, perdona, recibe y bendice; todo con el propósito de alcanzar al perdido. Esta misma actitud redentora debiera de prevalecer en la Iglesia.Los fariseos y escribas se sentían ofendidos al ver que Jesús se comunicaba con los publicanos y pecadores, a los cuales buscaba con solicitud. De acuerdo con la forma farisaica de interpretar la ley, esta libertad social del Salvador era intolerable. Murmuraban entre sí y criticaban crudamente a Jesús porque no sólo recibía a los pecadores que venían a El sino que también comía con ellos. Esta era suficiente prueba para ellos de que Jesús actuaba fuera de lo que autoriza la ley.En este trasfondo social se encontraba Jesús cuando les refirió a sus oyentes la parábola del pastor y la oveja perdida. Notemos que inicia la conversación con una pregunta retórica: ,Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla?
El pastor, consternado por haber perdido una de sus ovejas, deja las de más en el redil y se expone a los peligros del desierto hasta encontrar a la que se ha extraviado. Con tenacidad y destreza intuitiva el pastor hace todo lo posible por buscar y proteger a las ovejas que están bajo su responsabilidad. Después de hallar la oveja perdida, el pastor emprende el largo y peligroso viaje de regreso al redil. Todos los aldeanos, enterados de que uno de los pastores ha perdido una oveja, esperan el regreso de éste para ver si la ha encontrado. Al llegar a la aldea, el pastor inunda a todos con la alegría que siente por haber hallado a su ovejita, y el momento se convierte en una ocasión de gran regocijo.Son pocas las historias bíblicas que provocan toda la imaginación que se experimenta al leer esta parábola. En forma inigualable en toda la Biblia se describe aquí con toda sencillez el amor de nuestro Padre celestial. Así como el pastor va en busca de la oveja perdida, el Pastor divino busca a los que andan extraviados espiritualmente. Como los aldeanos judíos se alegraban con el regreso del pastor con su oveja rescatada, así hay “gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente” y se acerca a Dios.Enseñanza prácticaDios toma la iniciativa en la búsqueda del hombre. Pensemos en la situación de la humanidad después de la caída. Todo era egoísmo, terquedad, envidia, deseo incontrolable por satisfacciones carnales, crueldad e indiferencia en cuanto a las condiciones de los demás. Estas características eran totalmente opuestas a las de Dios, quien es amoroso, paciente, misericordioso y lleno de bondad. Esta era razón suficiente para que no hubiera comunión entre el hombre y su Creador. Tal cosa sería como si una persona muy rica y de una educación muy elevada estuviera interesada en trabar amistad con un miserable e ignorante alcohólico.Pero lo asombroso es que Dios si está interesado en que seamos sus amigos. Las parábolas de Lucas 15 demuestran que Dios busca insistentemente nuestra amistad y felicidad. Se interesa en nuestro bienestar porque sabe que sólo bajo su protección podemos estar a salvo. Pero, igual que la oveja extraviada, nosotros tenemos la facultad de decidir si permitimos ser hallados por el Buen Pastor.Consideremos su amor, su paciencia y su interés por el pecador; su fuerza, su persistencia y su perdón, para mencionar apenas unos pocos.B. Dios anhela encontrar a perdidoJesús pasó a otra parábola. En ésta se ilustra de manera viva y clara el hecho de que Dios anhela fervientemente encontrar a los perdidos. El escenario de esta parábola es distinto al de la anterior, pero el mensaje es exactamente el mismo.En la historia se habla de una mujer que accidentalmente había perdido una de las monedas (“dracma”) que adornaban su frente como símbolo de sus votos matrimoniales. Reconociendo el valor, tanto de la moneda (equivalente al salario de un día), como del recuerdo que la misma guardaba, la mujer se empeñó en una búsqueda incesante hasta rule la enrnntrñ

Los judíos del tiempo de Jesús no concebían a Dios de esta manera. Para ellos la religión era sólo, cuestión de normas y exigencias. Los justos tenían que esforzarse cada vez más por cumplir con los requerimientos de un Dios santo. Todo eso no pasaba de ser un esfuerzo vicioso e infructífero. Se cometían abusos de toda índole. La religión judaica se encontraba en bancarrota. Ya no había en ella vida alguna. Todo lo que quedaba era un esqueleto de normas y reglamentos que no dejaba de atemorizar aun a los más honrados. Esa era la condición que predominaba cuando Jesús habló a la gente acerca del Dios verdadero; un Dios dispuesto a hacer lo que sea necesario para proveer la seguridad eterna de los que le son amados.Prequnta: ¿Por qué pone tanto énfasis Jesús en “un” pecador que se arrepiente.Jesús declaró que hay más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve que no tienen necesidad de arrepentirse. En Lucas 15: 10, El dice que los ángeles se regocijan grandemente por un pecador que se arrepiente. Esa es la perspectiva divina. Dios evalúa a cada persona como tal. El ser humano vale mucho para Dios.Enseñanza práctica: ¿Se siente usted amado y protegido por Dios? ¿Ha pensado en el valor que usted tiene ante los ojos de Dios como persona digna de su atención y hasta del sacrificio de Cristo? Ese es el concepto que Dios tiene de usted y de todos nosotros. Dios estuvo dispuesto a hacer todo lo necesario por hallar a los perdidos. Finalmente demostró su amor dando a su Hijo Jesucristo para que abriera el camino por el cual el pecador puede llegar a El».¿Cómo puede el hombre responder de manera apropiada al gran amor y la iniciativa que Dios ha tomado en la búsqueda del pecador? ¿Le será necesario aceptar una serie de requerimientos para poder entablar comunión con El, o solamente tendrá que reconocer que usted le es de gran estima, y actuar como tal? Muchas veces, una derrota o un fracaso en la vida nos deja hundidos en depresión y desestimación personal. Pero Dios quiere que usted se vea en el lugar de la moneda o la oveja perdida. ¡Usted vale mucho para Dios!II. La condición del perdido Lucas 15:11-16,A. Una decisión insensata.La parábola del hijo pródigo es una escena más del drama revelador de la gracia redentora de Dios. El Padre celestial aparece aquí como un Dios que busca, espera, da, redime y perdona.Muchas personas se forman una imagen mental de Dios completamente distinta de lo que El realmente es. Algunos piensan en Dios como en un capataz cruel, un déspota vengativo que aplica sus juicios con mano de hierro. Esta es una de las causas básicas del temor. Los hombres temen no ser capaces de cumplir con las demandas y normas de Dios, y que por lo tanto no hay esperanza de perdón para ellos.

La gente no se da cuenta de que Dios tomó la iniciativa y proveyó un Salvador para la humanidad. Ese Salvador. Cristo Jesús, satisfizo plenamente las demandas divinas. El hombre puede ser justificado delante de Dios solamente por la fe. Esto fue lo que declaró el apóstol Pablo en Romanos 5: 1: “justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.”Enseñanza práctica.El mundo de hoy está lleno de sentimientos de ansiedad e inseguridad. El compás tan agitado de la vida moderna, las exigencias que se nos imponen por el trabajo, la familia y las posesiones materiales nos producen cierto sentimiento de culpa e insatisfacción al pensar que no hemos hecho lo mejor o no nos hemos esforzado lo suficiente. Una persona puede sentirse incapaz de enfrentarse a la vida por meros sentimientos de inseguridad y por sentirse indigna del amor de Dios. El mensaje de Lucas 15 debiera servir de alivio a esa gente presa de la ansiedad y sentimientos negativos. Dios persiste en su búsqueda para que rindamos a El todo lo que somos. El puede y quiere cuidar de nosotros.La historia narrada por Jesús nos es bastante conocida. Cierto hombre tenía dos hijos. El menor de ellos se cansó de la rutina de la casa y le pidió a su padre la parte de la herencia que le correspondía. Según lo prescrito en Deuteronomio 21: 17, lo que le tocaba a este heredero era la tercera parte de los bienes de su padre.Este era un acto ofensivo; pero el padre estuvo de acuerdo en complacer las exigencias de su hijo. Contra sus mejores deseos, procedió tal como lo disponía la ley de la herencia, y le dio al hijo lo que le correspondía’.B Las consecuencias del pecado.Cuando el hijo se vio libre de las restricciones de su hogar, inmediata mente empezó a derrochar sus posesiones, entregándose a una vida licenciosa y desenfrenada.Enseñanza práctica.¿Se ha enfrentado usted a algunas “ circunstancias que le hayan demostrado su necesidad de la ayuda de Dios? Nuestra necesidad espiritual no termina cuando acudimos a Cristo para ser salvos; la búsqueda de su ayuda divina debe ser algo continuo a través de nuestra vida.Cuando hayamos llegado al límite de nuestras capacidades para enfrentar nos a las dificultades de la vida, corno la muerte de un ser querido o un fracaso personal, recordemos que Dios está dispuesto a ayudarnos. El hace que todas las cosas ayuden para bien (Romanos 8:28).

L a recepción del nerdido. Lucas 15:17,24.A. La decisión de volver.Aquí encontramos una de las declaraciones más significativas de la Biblia: “volviendo en sí” (y. 17). Este fue el momento de la verdad. Había andado lejos de Dios y lejos de sí mismo.Sus recuerdos y su imaginación desempeñaron un papel muy importante en este sentido. Se acordó de su casa. Pensó en la vida que llevaban los siervos de su padre. Eso lo impulsó a decirse “me levantaré e iré a mi padre”. Ya se había iniciado en él el proceso de transformación. ¿Qué pensaba decirle a su padre cuando estuviera frente a él? Ya había ensayado su confesión: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.”El verdadero arrepentimiento siempre involucra un doble reconocimiento: Todo pecado es una ofensa tanto contra Dios como contra el prójimo. El hijo pródigo hizo lo correcto al admitir que había pecado primera mente contra el cielo y luego contra su padre.B, Una reunión jubilosa.Podemos imaginar que el padre había salido al camino a pensar y preguntarse: “Será éste el día del regreso de mi hijo?” Para sorpresa suya, de repente divisó a la distancia a su hijo, el cual venía hacia él. Ya podemos imaginar con qué entusiasmo empezó a latir el tierno corazón de ese padre amoroso. Pronto ambos se estrecharon en un fuerte abrazo. El hijo perdido había regresado al hogar. La familia nuevamente estaba completa.Toda esta parábola constituye un cuadro descriptivo de nuestro Padre celestial y su infinito amor por nosotros. El recibe con los brazos abiertos a cualquier pecador que busca su perdón. Nos recibe y luego nos limpia de todo pecado.Esta parábola debería ser un mensaje de aliento a todos los que piensan que su condición es tan mala que no son dignos de buscar el perdón de Dios. Quizá el diablo los haya convencido de que no deben intentar acercarse a Dios hasta que se hayan reformado. El hijo pródigo no esperó hasta haber remendado los harapos que llevaba encima, o mejorado un poco su apariencia. Una sola cosa llevaba fija en la mente: volver a la casa de su padre. Hasta ese momento él ni siquiera se imaginaba que iba a ser recibido con tanta bondad. Comprendía. que ya no era digno de un buen trato, y no estaba pensando solicitarlo. Lo importante es que se decidió salir de esa provincia apartada para volver a su hogar.Felizmente, el padre le demostró a su hijo su aceptación dándole el mejor vestido, calzándolo, poniendo en su dedo un anillo y matando el becerro gordo para la fiesta.

La historia alcanza su clímax con las elocuentes palabras del padre: “Este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado.” Con razón “comenzaron a regocijarse”.Eso mismo sucede en el cielo cuando un pecador decide volverse a Dios por medio de su Hijo Jesucristo. El ha pro visto abundante gracia y pleno perdón. El pasado queda borrado completa mente y se inicia una vida nueva.Practcar a verdad.El amor de Dios es inmenso e incondicional. Sin importar lo que uno es o lo que haya hecho, El está dispuesto a recibirle y darle su perdón. Algunos se han extraviado, como la oveja perdida, por su propia imprudencia y descuido. Otros, como la moneda perdida, no son capaces de hacer nada en cuanto a su condición espiritual porque jamás han escuchado el mensaje del amor de Dios. Pero hay muchos que viven lejos de Dios por su propio gusto. Dios desea que todos “vuelvan en sí” y vengan a El para rehacer su vida.Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. San Juan 3:lóYo sanaré su rebelión, los amaré de pura gracia; porque mi ira se apartará de ellos. Oseas 14:4Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dió vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Efesios 2:4-7En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. 1 Juan 4:10Y nosotros hemos conocido y creido el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. 1 Juan 4:16Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero. 1 Juan 4:19• . .pues el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado, y habéis creido que yo salí de Dios. San Juan 16:27Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia, conforte vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra. II Tesalonicenses 2:16,17

No hay comentarios: